lunes, 3 de noviembre de 2008

Los panteones de Saltillo

Arquitectura fúnebre en decadencia.
Turismo y conservación su salvación…


Leticia Espinoza
Zócalo Saltillo

Quién podría decir que los panteones de nuestra Ciudad pudieran convertirse en un verdadero centro turístico, donde además de llorar, la gente podría admirar la combinación de estilos arquitectónicos que demuestran el sistema constructivo de las tumbas y lápidas, las cuales al paso de los años continúan como joyas en peligro de perder su valor histórico.
El hecho de encontrar majestuosos monumentos funerarios, habla de la forma en que la sociedades tratan de honrar y eternizar a sus difuntos; sin embargo, en la época moderna tanto el buen gusto como el arte sacro se ha perdido, convirtiendo el trabajo artesanal de la cantera y el mármol de otros tiempos en figuras de concreto vaciadas de forma mecanizada.

El origen.


“Los panteones antes estaban junto a los templos, en Catedral, San Francisco, San Esteban, y no sabemos cómo eran las tumbas, porque se demolieron”, expone Arturo Villarreal Reyes, Subdirector de Patrimonio Cultural del Instituto Coahuilense de Cultura (ICOCULT).
Incluso algunas personas enterraron en el templos a sus difuntos, hay muy pocos que se conservan, como en la Hacienda Santa María en Ramos y la Iglesia de Santa María de las Parras, dice el también catedrático de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC).
Explica que cuando se prohíbe en los templos se sepulten los restos de las personas, los sitios se convierten en atrios o plazas como la que se encuentra frente San Francisco, provocando que a finales 1880 y 1890 se edifiquen los panteones de Santiago y San Esteban, y por tal razón no vamos encontrar en Saltillo, ni entierros virreinales, ni vestigios fúnebres del siglo XIX.
Considera que no existen muchos panteones de finales del siglo XIX en Coahuila, sin embargo el Panteón de San Antonio en Parras de la Fuente es una excepción, establecido en 1825, es uno de los más hermosos que el catedrático conoce.
“Lo que vamos a encontrar es de finales del XIX en adelante, y entonces en Saltillo encontramos las modas imperantes en la época”, refiere Villarreal Reyes.
De esta manera, los primeros panteones en Saltillo datan de la época Porfirista, en el de San Esteban por ejemplo, la tumba de los Purcell.
Relata que a principios del siglo XX, se traía mármol de carrara blanco, manufacturado por los Hermanos Biagi, una empresa de escultores italianos en San Luis Potosí, que además elaboraron las taquillas del teatro García Carrillo.
“En el Porfiriato se revivieron estilos como el neoclásico, dando a las construcciones una apariencia templos griegos. Aparece el estilo neogótico con arcos ojivales, y el ecléctico caracterizado por la variedad de elementos ornamentales”, en lo que coincide Marco Antonio Flores Verduzco, Director del Centro Histórico de Saltillo.
En dicha época se decoraron las tumbas con herrería de los estilos mencionados o con el Art Novó.
Refiere que la escultura se maneja con temas religiosos donde ángeles, cristos y vírgenes son las protagonistas, no obstante hay otros plenamente simbólicos como columnas truncas o cubiertas con tela, íconos masónicos para la muerte.
A partir de los años 30`s y 40`s se aprecia el Art de “Kuo”, con figuras elegantes, pero a partir de los años 50`s se comienza a perder el buen gusto según Villarreal Reyes.
“En los 70`s comienza una cuestión KITCH, que consiste en un ‘pastiche’, una ‘pegazón’ de muy mal gusto, equivalente a construcciones de concreto forradas con azulejo o mármol, parecido al que se emplea en la cocina, además la gente opta por pintar las esculturas” y en opinión de Villarreal quedan sencillamente horribles.
Sin embargo, su colega Flores Verduzco complementa que el hecho de usar esculturas es una moda del siglo XX, pues la mayoría de las construcciones de épocas anteriores eran constituidas por techo y paredes, pero con la aparición de las marmoleras se instalan figuras finamente talladas con éste material que en la actualidad son figuras de vaciado en serie.

Clases sociales marcan calidad de construcciones.


El panteón San Esteban, según el arquitecto Villarreal constituyó la parte pobre o indígena de Saltillo, que se reflejó en los materiales utilizados: “Podemos encontrar construcciones en ladrillo, y hay algo muy curioso ya que utilizan la arquitectura tradicional de las casas de Saltillo con empastados de colores”.
Por su parte, Marco Flores Verduzco establece que la mezcla de estilos en el panteón Santiago, obedece a la posición económica que tenían las personas, quienes eran la gente más adinerada y por lo tanto, los monumentos funerarios tenían mayor calidad a diferencia de los del Panteón San Esteban que era más popular.
“En el Santiago se encuentran materiales como la cantera y mármol en las esculturas, hechas en San Luis, y mucho tenía que ver las edificaciones con el contexto en que se desarrollaron, por ejemplo cuando la familia Purcell, tuvo la posibilidad de traer otros materiales a la Ciudad trajo también materiales para monumentos funerarios”, agrega Flores Verduzco.
Hoy el hecho de hacer los nichos funerarios de forma cuadrada o rectangular habla de la economía, de los costos de terrenos y de los monumentos escultóricos, que han bajado muchísimo la calidad, a tal grado que los últimos panteones edificados solo tienen una pequeña lápida y en la extremo pasto como los del tipo americano, elegidos por catálogo de una manera muy fría, apunta el catedrático.

Panteones: Patrimonio cultural.

Por la antigüedad y la calidad de las edificaciones en 1992 los panteones de Saltillo, tanto el San Esteban como el Santiago, fundado el primero en el año 1870 y el segundo en 1900, son declarados patrimonio de la Ciudad, señala Marco Flores, Director del Centro Histórico, quien expone que de esta manera se protege lo que ahí se alberga.
En ese sentido Arturo Villarreal Reyes advierte que la conservación es responsabilidad de las personas que tienen todavía derechos sobre las tumbas, quienes deben buscar asesoría para repararlas.
En segundo lugar, menciona que las autoridades del Centro Histórico, Turismo, Cultura y hasta la Iniciativa Privada pudieran estar interesados en que los panteones se conviertan en una atracción: “Se pueden dar tuors para observar los detalles de las edificaciones y la historia de los famosos personajes que ahí descansan”, y dice Villarreal que para ello se necesita una buena inversión.
Señala que en la Rotonda de los Hombres Ilustres las tumbas no están bien conservadas ni tampoco el área dedicada a los revolucionarios, en el panteón de Santiago.
El tipo de conservación que sugiere, implica asesoría técnica, además de educación para sensibilizar y documentar lo valioso que son estas construcciones arquitectónicas, de tal manera que puedan ser aprovechadas de manera turística y cultural.
Flores Verduzco expone que los monumentos funerarios es difícil que sufran deterioro, aunque el mayor deterioro es el vandalismo, por lo que se tomaron acciones específicas como en el panteón Santiago donde se levantaron bardas y mallas ciclónicas del lado poniente.
Con el decreto de protección a los panteones toda aquella persona que quiera hacer modificaciones a las tumbas tiene que pedir permiso al Patronato del Centro Histórico.
En este sentido, según Flores Verduzco hace falta un inventario de cuantas tumbas y en qué condiciones están pero lo más importante, concluye: es que tenemos un patrimonio funerario porque se erigido en cierta época con sistemas constructivos y esculturas de increíble valor.

sábado, 25 de octubre de 2008

Los golpes que se esconden tras las promesas.



Leticia Espinoza
Zócalo Saltillo

Ellas nunca imaginaron que vivirían más de una década de violencia, sus noviazgos fueron cortos, y se confundieron con el amor, creyeron que sus agresores cambiarían después de múltiples promesas, pero hoy, al ver parte de su vida destrozada decidieron no ser más las víctimas, desean salir adelante por sus hijos, inocentes que han sido testigos del maltrato a sus madres y lo reflejan en sus actitudes.

Sus historias son muy parecidas, mujeres violentadas a partir de que sus parejas comenzaron a beber desproporcionadamente, mujeres que han aceptado cambiar y pedir ayuda.


Laura
35 años de edad
10
años sufriendo violencia
2 hijos



Prefiere llamarse Laura y ocultar su rostro, muchas veces marcado por los
puños del que la amó, lo conoció cuando llegó a vivir a la misma colonia, en su noviazgo no lo llegó a saber que su marido tuvo una infancia parecida a la que hace pocos meses vivían sus pequeños.

“Cuando éramos novios no tomaba, al casamos empezó a imponer su voluntad, yo no sé que lo lleva a tomar, no lo entiendo, pero él vivió una infancia igual donde su padre tomaba mucho y golpeaba mucho a su mamá, pero cuando nos casamos yo no lo sabía” relata Laura.

Tine 35 años y diez de casada, una década rodeada de discusiones, donde él imponía su voluntad al ordenarle que no se arreglara, que no saliera, y que solo hablara con las personas que él le parecían, años en los que los maltratos subían de maldiciones, insultos, golpes y hasta intentar matarla.

“Tuvieron que pasar 10 años para reconocer todo el daño que me hizo, y atreverme a demandar, me siento deprimida, triste pero con ganas de salir adelante por mis hijos, el trató de matarme, pidió ayuda psicológica y fue a alcohólicos anónimos pero cuando regresamos con él siguió haciendo lo mismo” comenta Laura.

Ya no recuerda cuantas veces y cuanto tiempo se separó de su esposo, porque los lapsos se prolongaban hasta que supo que no podía estar más dentro del mismo círculo vicioso.

“No es verdad que van a cambiar, por mucho que prometan en realidad no cambian, es un circulo nosotras muchas veces decidimos estar por amor, porque pensamos que si nos quieren van a cambiar, pero la realidad es que si ellos no quieren a hacerlo no se puede” comenta Laura mientras su voz se quiebra.

Pues la violencia de al que fue presa no solo repercutió en su persona sino en al de sus niños de
8 y 5 años, pues mientras el niño es cada vez más violento la niña se volvió callada, las dos víctimas del miedo que sentían cuando sus padres discutían.

“A pesar de que el niño es más chico que al niña, el niño empieza a quererla dominar a que no tenga amigos y haga lo que él quiere, la niña va muy bien en la escuela porque es su refugio, anteriormente cuando nos separábamos ella lloraba mucho y decía que no quería dejar a su papá y ahora dice que no quiere regresar con él hasta que cambie, pero mi niño se pone a llorar y empieza a decir que cuando esté grande se va ir” menciona Laura con las lagrimas corriendo por sus mejillas, pues el dolor por sus hijos es muy fuerte.

Cuenta que por ahora no está más con su pareja y quisiera encontrar trabajo para salir adelante con sus hijos, y aunque que su familia la está apoyando económica y moralmente quiere ser independiente.

Aún llorando dice que lo quería mucho pero ya no y deja un mensaje: “a las que están viviendo violencia, les diría que no permitan que sus hijos vean todo eso porque los míos ya están afectados” y separa las manos que durante todo el tiempo estuvieron unidas.

Ana
27 años de edad
13 años de violencia
4 hijos


“Yo podría ser feliz si él cambiara, porque bueno es otra persona,
sí, sí lo quiero, a él lo cambia totalmente el alcohol” confiesa llorando Ana, y la tristeza de sus ojos contrasta con la alegría que refleja el suéter rosa de puntitos que lleva puesto.

Recientemente su marido le puso por primera vez las manos encima y dejó marcas en el cuello y en su brazo: “Hace tres semanas me pegó por primera vez, antes ya lo había intentado pero yo no me dejo, cada que anda borracho me insulta mucho, me dice muchas palabras fuertes, dice que soy una puta porque no consigue para tomar” cuenta Ana quien desde los primeros meses de casada ha soportado el maltrato de su pareja.

Por ahora continúa viviendo bajo el mismo techo de su agresor pero ya interpuso una denuncia en su contra aunque piensa que en dependencias como el Ministerio público la atención no es la adecuada:
“yo creo que la licenciada que me atendió esperaba que fuera golpeada porque no mandó el citatorio, supuestamente otra licenciada estaría conmigo pero no entró, entonces se supone que ayer tenía que presentarse él pero no le giraron el citatorio” sostiene un tanto desilusionada.

Y es que ante esta forma de actuar, su marido se ha portado bien, pero aún así no está dispuesta a recibir ayuda porque es de los hombres que dicen que solos pueden cambiar, por ello la decisión de Ana parece tomar firmeza dejarlo antes de que lastime a sus hijos y segur apoyada de su madre que siempre la ha acompañado.


Empoderarlas.

La noticia no es nueva, no cambia pues es el hogar el principal sitio
donde más se sigue sufriendo de violencia como lo comenta la Directora del Instituto Coahuilense de la Mujer, Cristina Rodríguez, sin embargo los resultados pueden ser màs alentadores, ya que en este año Encuesta Nacional de Dinámicas de Relaciones en el Hogar (ENDIREH) documenta que Coahuila hoy ocupa el lugar número 23 en cuanto a violencia, mientras que antes se encontraba en el lugar número ocho.

De allí que la tarea del Instituto de la Mujeres y de las dependencias es empoderar a la mujer que sufren de violencia mediante atención integral que en primer lugar trata de estabilizar sus emociones y posteriormente se procede a intervenir jurídicamente, para que logrando su independencia puedan ser productivas y capaces de sacar adelante por sí mismas sus hogares.

Sin embargo, el tiempo para que una mujer logre superar el trauma de vivir violentada y dejar atrás la cultura de inferioridad que tanto tiempo soportó no es fácil, y en el peor de los casos también se convierten en agresoras cansadas de soportar. Estos son los casos más difíciles en los que deben ser canalizadas tanto ellas como sus parejas para que reciban atención psiquiátrica, aclara la Coordinadora jurídica del ICM, Ana María Gutiérrez Perales y a su vez menciona que pese a la atención recibida un 70 por ciento de las mujeres regresan a sus hogares a vivir con sus victimarios.

Evite la violencia negocie.

La negociación es un proceso en donde se busca obtener un beneficio común entre dos o más personas que implica vountad, madurez y confianza.

Claves en el momento de negociar:

· Tu gasna yo gano
· Claves en el momento de negociar
· Mostrar paciencia
· Mantener la integridad
· Evitar las conjeturas de que existen malas intenciones
· Controlar nuestras emociones
· Evitar las amenazas y tácticas manipuladoras
· Centrarse primero en el problema en lugar de la solución
· Buscar las decisiones basadas en el interés mutuo y rechazar las soluciones débiles
· Escuchar al otro y tratar de comprender sus sentimientos, emociones y pensamientos
· Hablar con el fin de que se nos entienda
· Hablar sobre nosotros mismos, no sobre los demás
· Hablar con un propósito
· Enfrentarse con el problema, no con las personas
· Tratar a las personas como a seres humanos y al problema según sus méritos

Fuente: instituto Coahuilense de la Mujer


¿Cómo reconocer a una persona violenta?

TIPO I

Solamente es violento/a con las personas que ama
Es celoso/a y tiene miedo de que lo/a abandonen.
Priva a su pareja de su independencia
Se irrita con facilidad y ataca públicamente a su compañera/o
Su cuerpo reacciona violentamente durante una discusión
Tiene algún potencial para la rehabilitación


TIPO II


Es muy probable que sea agresivo/a con todo el mundo
No depende emocionalmente de otra persona
Su pareja debe hacer lo que él/ella quiere siempre
Es más propenso/a a amenazar con cuchillos o revólveres.
Se calma internamente, según se vuelve agresivo/a

Abusa de las drogas o del alcohol
Es difícil tratarlo con terapia psicológica

miércoles, 15 de octubre de 2008

Trenazo de Puente Moreno

T e s ti g o s d e
l a
tr a g e d i a
r e c u e r d a n
e l
h e c h o
q u e
m a r c ó
a Sa l ti l l o
p a r a
s i e m p r e

Leticia Espinoza
Zócalo Saltillo

Las dos máquinas de la locomotora 8405-08 traían freno, no así los carros y el cabús. De no haberse descarrila­do en Puente Moreno, el famoso tren Peregri­no hubiera arrasado con la estación de Saltillo, parte del poblado y totalmen­te desbocado –a 120 km/h como iba– llegaría a Monterrey.

Las cosas no fueron así y el 5 de octubre de 1972, a las 23:30 horas, su­cedió uno de los eventos más trágicos en la historia ferroviaria en México, que muchos ferrocarrileros recuer­dan con tristeza al pasar por el lugar, donde solamente quedan unas cruces cubiertas de yerbas que se mecen al compás del viento, mientras que los sorbos de soledad se aligeran con el ruido de la presa de gaviones, el ga­nado de los lugareños y el escándalo de intrépidos jóvenes que en su delirio buscan el espíritu de los muertos.

A 36 años nadie olvida la tragedia, testimonios de ferrocarrileros retira­dos hablan de que mucho antes de la tragedia las autoridades ferroviarias ya sabían que el tren iba “chorriado”, y por medio del telégrafo se ordenó a per­sonal que se encontraba en la curva de Landín que había que tumbarlo a como diera lugar cerca de lo que hoy es el pe­riférico, sin importar los mil 600 pere­grinos que transportaba el tren.

No fue necesaria ninguna manio­bra, ni siquiera las que intentó el ma­quinista Melchor Sánchez Chavarría al meter el freno dinámico y el de emergencia, porque ya nadie tenía go­bierno sobre el “Peregrino”, que acu­dió hasta Real de Catorce para feste­jar a San Francisco de Asís.

LLAMÓ JESÚS FRANCISCO A SU BEBÉ

“Veníamos escuchando los acordeo­nes de los músicos que entonaban can­tos a San Francisco dándole gracias por el regreso, de pronto se escuchó mucho ruido y el trancazo. A mi lado venía la señora Petra, a la que nunca la encontraron. Yo tenía tres meses de embarazo y me pudieron sacar por una ventanilla; sería porque siempre fui tan delgada”, narra Rosa Aguilar, sobreviviente del trenazo.
Había acompañado a sus padres a las fiestas de San Francisco, pero ellos viaja­ban en el primer vagón, mientras ella iba en el quinto. Ellos quedaron muy lastima­dos, pero también lograron salvarse.
“A mí no me pasó nada. Diosito y San Francisco quisieron que mi hijo naciera bien, por eso le puse Jesús Francisco. Me duró 28 años, ellos sa­bían cuándo me lo recogerían”, agre­ga doña Rosa Aguilar, mientras la luz del sol ilumina sus manos.
Los lamentos de la gente aún retum­ban en su cabeza, pues mientras las sa­caban del vagón se empezaban a ver chispas. “Nos pusieron en un arroyito y empezó arder. En la obscuridad la gente que gritaba que le echaran tierrita, agua, porque se estaban quemando”, dice.
Al kilómetro 909, a la altura de La Angostura, a 7 kilómetro antes de llegar a Saltillo, a poca distancia del Puente Moreno, llamado así porque en el siglo XIX, vivió en la propiedad una familia del mismo nombre, una multi­tud comenzó a llegar: socorristas, vo­luntarios, policía estatal y el Ejército nacional acordonaron el lugar.

NO HABÍA HÉROES
“Un hombre venía gritando por el parque Venustiano Carranza que se había descarrilado el tren en Puente Moreno. Un amigo y yo fuimos inme­diatamente, fuimos de los primeros, y a medida que avanzábamos nos dába­mos cuenta de la espantosa tragedia”, relata Antonio de la Cruz, periodista y voluntario en el trenazo.
Al llegar se llevó la terrible sorpre­sa de ver el cuerpo de su tía Goya de la Cruz sobre los matorrales cubierta de sangre y tierra, y pese a tal impresión continuó con las labores de rescate. “Eran escenas dantescas, algo inena­rrable, pero recuerdo que al lado dere­cho estaba una niña todavía con vida. Yo la levanto, pero al poco tiempo se muere en mis brazos”, expresa.
Acudió movido por una labor pro­piamente humanitaria porque tiene origen ferrocarrilero, pues su padre es jubilado del ferrocarril. Se desma­yó cerca de tres veces por el cansan­cio y la impresión, pero sin duda fue un suceso que cambió su vida para ha­cerlo más fuerte.
“Yo no me considero héroe, no ha­bía héroes en ese lugar, sólo gente que quería ayudar. Veía a los sobrevivien­tes muy impotentes, frustrados, des­esperados, preguntando por sus fami­liares. Me tocó llevarlos a diferentes hospitales, al Hospital Civil Saltillo, actualmente Hospital Universitario; estuve en la Cruz Roja, en el ISSSTE. En un momento yo pensé que estaba en un nosocomio local, pero no, estaba en un hospital de Monterrey”, sostiene Antonio de la Cruz.

SAN FRANCISCO SIEMPRE LOS CUIDÓ
“Asilamos más de 100 personas, mi papá era juez auxiliar de Huertas de Moreno. De lo que más me acuerdo es que empezó a arder el carro, se oía la gritadera y querían salirse pero no pudieron. Se quemaron vivos”, relata Candelaria Luna Moreno, con la voz entrecortada y con una lágrima a pun­to de caer.
Tenía nueve años cuando frente a su vivienda pasó la tragedia que mar­có a Saltillo. No podía ayudar mucho en las labores, pues su padre le pro­hibía, pero lo que vio en un principio y pudo percibir después en sueños a diario se repetía.
“Vi muchas cosas feas, pero algo raro pasó aquella noche, porque vi­mos a un viejito muy bonito, blanco, de barbas blancas. Traía una guitarra y caminaba entre los heridos. Lo raro fue que al amanecer, cuando quisimos llevarlo a su casa, ya no estaba”, expli­ca, recuperando la sonrisa.
Pues cuenta la gente que aquel hom­bre era “Panchito”, como Candelaria le llama a San Francisco, al santo que todos los peregrinos veneraron y que incluso, como también cuenta Rosa Aguirre Sandoval, intentó salvarlos antes de partir.

HISTORIA
Para los historiadores Javier Villa­rreal Lozano y Carlos Recio Dávila, pocos hechos se podrían comparar con la tragedia del 5 de octubre de 1972. Sin embargo, coinciden en que por la cantidad de personas que mu­rieron, (contabilizados en 200 por au­toridades, aunque la cifra se elevó) otros eventos desafortunados en Salti­llo fueron la Fiebre de Cólera Grande o cólera morgues en 1833, donde la po­blación de 20 mil habitantes disminu­yó.

SUCESOS TRÁGICOS EN SALTILLO
1833
Epidemia del Cólera grande (Cólera morgues) murieron 12 mil saltillenses
1847
Batalla de la Angostura, en la que murieron 863 soldados tanto estadounidenses como mexicanos, y la cantidad de heridos ascendió a mil 800.
1848
Epidemia del Cólera chico.
1914
Entrada de Francisco Villa, quien se empeñó en perseguir y matar sacerdotes.
1972
Trenazo en Puente Moreno en el que fallecieron quemadas 206 personas y más de mil heridos.
Fuentes: Historiadores Carlos Recio y Javier Villarreal

Siempre se intentó culpar a la tripulación, pero al paso del tiempo se ha demostrado que el ferrocarril estaba en deprimentes condiciones y que en cualquier momento y lugar pudo haberse presentado el lamentable accidente.

jueves, 22 de mayo de 2008

No importa que te marches...


Inmóvil nada puede hacer,

más que seguir con la actitud triunfante de siempre,

aparentando orgullos ancestrales que de nada sirven.

Su consuelo es la luz prestada del hijo de Adán,

porque en las noches,

ilumina su propia existencia

y la muchas otras criaturas.

A ella no le importa que te marches

nada puede hacer...

En el fondo guarda seria tranquilidad...

Conoce bien la rutina: volverás temprano y por la tarde te irás.

Círculo eterno...

Fuego lento...

Inmóvil y triunfante la acariciarás,

hasta que se cumpla el hiriente deseo del hijo de Adán...

Lety Espinoza

domingo, 4 de mayo de 2008

Recordar

Hace tiempo que no pasaba por aquí...
Pero recordé un viejo y pequeño textito, y aquí estoy...
¿Dónde estás tú?

Recuerdo muchos días, los recuerdo casi todos. Las noches de frío y al despertar las mañanas cálidas a tu lado. Y como siempre, anhelo que el reloj no suene, pido cinco minutos convertirlos en dos horas más, para dormir, para pasear por la cama una vez más. A veces mis deseos se cumplen, el tiempo se va o se dilata en nuestros cuerpos. Hoy... hoy te recordé al amanecer envuelta en las sábanas, vi que no te quité ni un pedazo de cama, de sábana, de cuerpo... Solo quisiera, aunque lejos, haberte robado el aliento por un minuto.

Punto y aparte.

Hoy después de todo, no me veo sonreír... Quizá, porque solo tú dibujas esta sonrisa...me queda... recordarme sonriendo...
Lety

lunes, 14 de enero de 2008

Voz de Dios en el silencio Algunas repicaron hasta el cansancio



Voz de Dios en el silencio....


Algunas repicaron hasta el cansancio



Por las campanas de Monclova detente pergrino y pregunta el por que de estas
campanas sin vibración, sin hálito, sin eco. Contemplalas heráticas y uniciosas,
duerme en sus gritos rotos en el murmullo del viento. Testigos de una historia
de añoranzas, eran la voz de Dios en el
silencio.

Fray Gerónimo Verduzco.



Zócalo Monclova/ Lety Espinoza

Parafraseando al misionero guadalupano Adolfo Fermín Parra González, el sentido religioso de las campanas significa: “la voz de Dios que llama al hombre al encuentro de la iglesia”.
Sinembargo, en Monclova las campnas no solamente se utilizaron para convocar a la feligresía al acto religioso de la misa, puesto que según el señor Héctor Manel Rodríguez las campanas fueron una especie de reloj para la población.
Por medio de los llamados a misa la gente podía escuchar las campanas de 7, 12 y 6 de la tarde.
Con el crecimiento de Monclova el toque de las campanas de la iglesia Santiago Apóstol se perdió, como todo sonido que se esfuma en el viento, pero en el centro de la ciudad los toques aún se escuchan claramente.
Las campanas calladas, así como las que ahora nos invaden con su sonoridad albergan una historia de esfuerzo y amor por parte de muchos forjadores Monclovenses, quienes lucharon para que los llamados angeles metálicos sigan cumpliendo la labor que Dios les encomendó.

Voz de Dios en el silencio


Campanas dormidas.

Las capanas que actualmente están en los monumentos en la parte lateral izquierda de la iglesia Santiago Apóstol datan de los años de 1876 y 1797 desde entonces fueron testigos de la historia de Monclova, incluso su fisionomía fue víctima de la revolución mexicana.
El historiador José Luna Lastra cuenta que en 1914 cuando las tropas de Venustiano Carranza tenían sitiada la región, algunos soldados se refugiaron en la torre del campanario provocando que por los balazos las campanas sufrieran graves averías por el calibre tan grueso de las armas.
Desde entonces el canto entonado de las campanas no fue el mismo, sin embargo perduró hasta 1979, cuando el padre Gilberto Almaraz decide reconstruir la iglesia Santiago Apóstol.
Las campanas acalladas por el paso del tiempo y de ninguna manera castigadas se les rindió honor por haber cumplido su comentido y se optó por fundir unas nuevas para reemplazarlas.
José Luna Lastra narra que las antiguas campanas que ahora reposan en los monumentos, por algún pequeño lapso de tiempo dejaron de sonar debido a que en antaño existió un padre “muy chicharronero” que gustaba de tocarlas bajo ningún horario establecido, lo cual parturbaba a la ciudadanía. Por esta razón el presidente municipal decidió retirarlas del capanario y no devolverlas hasta que el padre acatara las ordenes establecidas por el municipio en llamados normales.Lejos de las marcas que dejó la revolución y la disputa que tuvo lugar entre aquel padre y el presidente municipal, las antoguas campanas no poseen castigos como los que menciona la escritora Ana Clavel para una de las campanas de la catedral metroplolitana, a la cual le quitaron el badajo por haber matado a un jóven aprendiz de campanero mientras la tocaba, y fue hasta el 2000 que el Cardenal Norberto Rivera decidió levantarle el castigo.


Las actuales campanas.

Para nuestros días las viejas capanas en repozo siguen escuchando las vibraciones de las sucesoras.
Así, las campanas principales de la iglesia Santiago Apóstol son muy jóvenes, puesto que en 1979 se inició un comité para la reconstrucción de la iglesia en la que siendo Arturo Villarreal el presidente del mismo se reemplazaron las viejas campanas.
Arturo Villarreal comenta que a petición del padre Almaraz se trajeron a Monclova artesanos del estado de Hidalgo para que fabricaran las nuevas campanas en la ciudad. La propia ciudadanía se hizo parte y conoció el proceso de la fundición de las campanas que pronto escucharían.
En aquellas décadas la gente asistió a la iglesia para donar lleves, joyería de oro y plata que se mezcló con el bronce del que está compuesto la campana principal.
Explica Villarreal que para la elaboración de las campanas la gente fue testigo de su fundición y vaciado, pues se instaló un horno en la parte lateral derecha de la iglesia.
No sólo la población en general participó en la construcción de las nuevas campanas, sino también las empresas como AHMSA dieron dontivos económicos para solventar además los gastos de hospedaje de los artesanos hidalguenses.
La campana principal que fue dedicada a la primera visita a México del Papa Juan Pablo II, así como a la Virgen de Guadalupe, tal como se puede apreciar en la estructura de la misma.
El medallón del Papa Juan Pablo II que fue implantado en el molde de la campana fue elaborado por las manos del escultor monclovense Luis García Rodríguez. Medallón que se dio como regalo al Obispo de la Diócesis en 1979, Francisco Villalobos Padilla quien estuvo presente para la bendición de la reluciente campana que hasta hoy llama a todos los monclovenses a misa.
Al termino de la fabricación de la campana principal, el mismo patronato del cual formó parte: Arturo Villarreal, José Luna Lastra, Ernesto Blacaller (qpd), Leonardo Escobedo, Rafael Infante, Héctor Manuel Rodríguez, Enrique Chapa, y Virgilo Sánchez, decidieron nuevamente recaudar fondos para que se construyera la segunda campana.
Dicha capana que se encuentra en lo alto del capanario y que hace compás al toque de la principal fue dedicada a los forjadores de Monclova, la Señora Lou Pape y Harold R. Pape, así como también a los obreros de AHMSA.

Actualmente se pueden observar 4 campanas en lo alto de la torre del campanario en la Iglesia Santiago Apóstol, dos grandes en la parte frontal y dos más pequeñas en la parte lateral derecha que son las más antiguas.

Voz de Dios en el silencio


El toque una tradición.

A lo largo de las iglesias es muy dificil encontrar un campanero oficial que esté pendiente las 24 horas del toque de las campanas, este noble servicio a Dios se ha pasado de generación en generación entre los laicos que se ponen a disposición de la iglesia para dar el toque en diferentes horarios.
En la iglesia Santiago Apóstol Ricardo Sifuentes Vázquez es uno de los servidores que por más de 20 años ha tocado las campanas en los horarios de la tarde.
Don Ricardo comenta que hace muchos años, a él, lo enseñó Don Pedrito uno de los campaneros de antaño.
A la fecha Don Ricardo da las campanadas de las seis de la tarde, para ello comenta que son 3 toques los que se dan, media hora antes cada quince minutos para que inicie la misa.
“Media hora antes se da una llamada con un toque largo y 33 toques seguidos, y así consecutivamente aumentan los toques largos conforme sean la segunda y tercera llamada, lo que no cambia son las 33 toques seguidos puesto que representa la edad que tenía Jesucristo cuando murioó en la cruz” explicó.
Además de los llamados a misa ordinaria, el campanero menciona que existen otros: para misas de difuntos, para la celebración de los santos patronos de las iglesias, y para la elección del Papa.
Resulta dificil creer que Don Ricardo sea quien suene las campanas, siendo una persona de complexión delgada, puesto que la que a él le corresponde es la principal que pesa más de una tonelada según lo comenta el historiador José Luna Lastra.Para Don Ricardo es un honor ser campanero y ser guadalupano, puesto que mantiene su condición realizando mucho ejercicio. Es éste mismo personaje quien en infinidad de ocasiones ha gitado las vivas a la morenita del Tepeyac en las carreras guadalupanas. Así que por las tardes cuando alguien escuche el llamado a misa que da la grave voz de la campana mayor de la iglesia Santiago Apóstol seguramente es Don Ricardo quien con la fuerza de su corazón la hace vibrar.

Partos convertidos en duelo.

  Por: Leticia Espinoza "Por violencia obstétrica pude no haber nacido, pero aquí estoy para luchar por todas", se leía en el letr...