jueves, 9 de agosto de 2012



Detrás de una restauración

 

Por: Leticia Espinoza
Fotos: Víctor Mendoza
Zócalo/ Saltillo

Detrás de la restauración de una obra hay toda una historia, y algo que él defiende mucho: el lenguaje y los materiales… René Rangel procede de una familia de artesanos de Guanajuato, su abuelo era tejedor, y su padre carpintero, su don curativo viene de herencia, sus pacientes son retablos o esculturas, con ellas platica y hasta saborea una copa para saber cómo sanar sus heridas.

“Mi padre era carpintero, por eso desde niño empiezo a tallar madera, me inicio como carpintero ebanista y posteriormente empezamos estudios de pintura y escultura se da el estudio de restauración y me he independizo del 1989, es una área muy apasionante que tienen que ver con el domino de cada técnica escultura pintura cerámica, dibujo pintura en todas sus modalidades”, comenta el restaurador.

Originario de San Luis Potosí, Nuevo León lo adoptó desde hace 33 años donde ha sido uno de los precursores en la cultura de la conservación y la restauración del arte.

Ha restaurado obras de Rufino Tamayo, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, María Izquierdo, Leonora Carrington, Villalpando, José de Páez, Cabrera, Sulbarán, y la más importante para él por el fervor de la gente el Santo Cristo de la Capilla, imagen sagrada con 404 años de edad.

Rangel Torres revela que el secreto de una buena restauración son los materiales, el manejo y manipulación y su comportamiento fisco por ello se describe como un apasionado de los materiales.

El valor sentimental

En su experiencia, más de la mitad de su vida ha visto obras muy importantes en cuanto a la dificultad que no son de pintores reconocidos pero tienen un valor sentimental y a veces el valor sentimental lo pone más de nervios que el valor artístico de la obra.

Manifiesta que una obra tiene un valor histórico, fue credo en un tiempo y en un contexto, por ejemplo en la época de la revolución y todos los movimientos sociales y una historia a veces familiar, las que proceden de herencias.

“Hay coleccionista a los que tú les puedes restaurar un Diego Rivera y te lo traes y te dan permiso, pero no puedes sacar álbumes familiares, restauramos álbumes muy bonitos, pero ese tipo de objetos no nos permiten sacarlos del sitio y ahí es donde yo veo que el valor sentimental supera los demás” dice.

Explica que también está la otra contraparte cuando la gente no le da ningún valor, ni sentimental y las tiran así ha recatado por ejemplo garbados de importantes artistas mexicanos.

Para intervenir una pieza patrimonio afirma que debe avisar al INAH de lo que se está trabajando aunque veces a los coleccionistas no les interesa mucho el archivo, en su taller lo hacen y esto implica estudios de materiales, y dictamen del estado de la obra.

Dice que la obras que legan a sus manos son como si fueron pacientes, y de tantas cosas que ve a veces no se conmueve en cambio empieza a pensar en todo el proceso que viene y la labor de concientización respecto a cultura de la restauración, porque eso implica que prefieran pagar por una obra nueva que restaurar una antigua, y lo que le da más lástima es que obras que no son de firma pero son buenísimas se están cayendo a pedazos.

Historia y lenguaje
Detrás de una restauración hay toda una historia y algo que defiende mucho es un lenguaje en la obra, lo primero que ve, qué le dice, con la premisa de conservar al máximo y restaurar al mínimo.

“Suena medio fumado pero yo empiezo a sentir lo que dice la obra, los materiales y veo si voy a batallar o no, a veces no sé cómo le vay hacer, con Ausencio que es mi asistente empezamos a platicar ideas, veo que en una obra hay historia, lenguaje plástico de iconografía o símbolos, me empiezo a preguntar qué quiere decir un color verde ahí o un elemento… a veces le falta un brazo y tenemos que recrear la escena, y dibujar un poco” explica.

En la restauración hay reglas marcadas por él INAH y el INBA, todo material debe ser reversible, debe respetar al máximo el original, la premisa es que se debe conservar al máximo y restaurar al mínimo : “la conservación es un procedimiento correctivo de la obra, si la pieza se está cayendo vamos a detenerlo, es como en urgencias, lo vas a estabilizar primero, nosotros vamos a ver que no haya contracción de la obra, porque es una lástima que en el manipuleo se empiece a caer” aclara.

“Estamos dando un Taller de restauración conservación y ahí les platico mucho que es muy importante sentarte con la obra, platicar con la obra, tomarte una copita con ella, y empiezas ver un montón de cosas porque la vida aquí en Monterrey es muy rápida, y empiezas a ver coas que pasas desapercibidas, detalles” detalla.

La restauración consiste en recuperar pedazos faltantes, un dedo, la capa de pintura, restituir áreas faltantes de la obra de pintura o volumen, respetando al máximo el original y que sean materiales reversibles y compatibles con la obra.

El maestro René Rangel Tores sostiene que para ser restaurador las manos se educan, las manos de don Ausencio López su asistente, han pasado por muchas experiencias desde albañilería a carpintería: “cuando yo escojo a mi personal es con manos hábiles, hemos traído gente que pone yeso como a Don Ausencio, vas viendo la manipulación de materiales, porque está la parte teórica pero la parte practica es la que gana, lo que enseñan en la escuelas es el 50 el otro es experimentación controlada, porque en obras no puedes experimentar”, sentencia.

Entre pinceles y rayos láser

En la restauración se usa de todo, la manipulación mecánica generalmente con pinceles, espátulas, bisturís, se recurre a tecnología para hacer análisis de la pintura, análisis espectograficos con rayos X , en otros casos pruebas de carbono 14, de luminiscencia para la antigüedad y de la mano con el Internet.

“Parte es investigar en internet donde hay de todo, checas biografías de pintores, en los museos ha habido una apertura muy grande como en Louvre, se digitalizaron las imágenes hicieron una serie de fotografías muy aproximadas y entras al portal llegas a la obra, es el uso que también se le pude dar a la tecnología, manejamos microscopio, maquinarias inclusive en carpintería, hemos recurrido a cortes de rayos láser para algunas cosas que se componen en metales, es una mezcla de la manipulación mecánica y la tecnología que tenemos al alcance” dice.

Las restauraciones no son baratas

Las restauraciones no son baratas, el detalle es que en el norte de la republica, por falta de cultura de restauración no se puede cobrar como en el sur y se tienen que ir equiparando precios, tan solo un 20 por ciento de los coleccionistas que maneja pueden lelgar pagarle lo que relmente vale un resuracion.

“La restauración no es barata porque tú haces una obra nueva e inviertes un diez por ciento, en restauración te vas desde un 30 o 60 por ciento en gastos deben ser materiales buenos tienen que dar garantía y no se diga en obras de mediana o alto reconocimiento y menos de patrimonio nacional” advierte.

En el área de la restauración casi nadie da garantía, sin embargo René Rangel la aplica hasta por diez años siempre y cuando hayan respetado las condiciones y recomendaciones que dio al exponer la obra, especificaciones como medir la intensidad de la luz, no colocarlas arriba de chimeneas, no exponerlas directamente al sol, controlar la humedad relativa

“si veo que las condiciones están la garantía aplica, yo debo ir al lugar donde la tienen expuesta porque yo te estoy entregando una obra muy bien conservada entonces sí yo veo que el espacio no ayuda lo importante es cambiarlo”

Conservación

El maestro René Rangel Torres dice que su objetivo es concientizar para que la conservación sea un medio para preservar el arte, y no se tenga que llegar a la restauración por ello desde 1998 imparte cátedras sobre este tema.

“Estamos dando clases de conservación como parte de la concientización, a nivel que sea, nos interesa mucho el área norte tengo, en 1998 empezamos cursos en el Tec de Monterrey como parte de un diplomado de antigüedades, la última etapa es de la conservación, además de clases particulares”.

Puntualiza que la conservación empieza en la educación, que el artista se preocupe por los matariles, por el manteamiento de la obra, que cada año se revise, antes de que se empiece a opacar o la humedad quiera atacar.

martes, 7 de agosto de 2012

Los regalos del Santo Cristo


El Santo Cristo, de la humildad a la riqueza...


Leticia Espinoza
Fotoarte: Javier Dávila
Zócalo /Saltillo

El Santo Cristo de Capilla llegó humilde a Saltillo, el mito cuenta que arribó en una mula, leyenda o no, el varón Santos Rojo lo trajo casi desnudo, sin corona y sin la pesada cruz que ahora lo sostiene, sin embargo, a lo largo de cuatrocientos  cuatro años la imagen ha logrado acumular tesoros y algo que trasciende a lo material: la fe.
El Cristo pobre se volvió rico, se desconoce incluso quienes fueron los autores de sus joyas de oro, lo cierto es que la venerada imagen hoy tiene a sus pies  una astilla de la mismísima cruz de Jesucristo.
A cuatro siglos de haber llegado a Saltillo cada año reposa en un camastro aterciopelado antes de ser trasladado de su nicho hasta el altar de Catedral, se volvió el Patrono y Señor de Saltillo por eso no es de extrañar que su riqueza haya aumentado aunque parte de ésta se haya perdido en el tiempo o  se resguarde celosamente por la iglesia.
Con  la fragilidad de su  hechura su semblante retorna a la sencillez,  atrás quedaron las pelucas y los pesados cendales o lienzos que lo cubrieron,  hoy no los necesita para seguir dotando de fe al pueblo saltillero.
Gabriela Román Jaques, historiadora del INAH quien ha hecho estudios de los inventarios del Santo Cristo, el presbítero Juan Carlos Delgado Arreola vicario de la Catedral quien tiene la encomienda de  coordinar el rito de traslado en cada novenario y Edgar Pinales sacristán de Catedral por más de una década, relatan la historia de los regalos de la pieza sagrada más valiosa para los saltillenses.
Las cofradías y sus regalos
“Los accesorios por llamar de alguna manera a lo que tiene la imagen sí se han reunido a lo largo de los 400 años que tiene la imagen, obviamente llegó de una manera austera, la cruz en la que está ahora la imagen no es la  original, suponemos que llegó en una cruz más más sencilla, ahora está en una cruz más elaborada del siglo 20 con una base de madera y metales y no sabemos qué pasó con la cruz anterior, la que utilizó por tres siglos”, comenta la Historiadora del INAH, Gabriela Román Jaques.
Relata que a raíz de que se fundó la Cofradía del Santísimo Cristo  de la Capilla en 1743 por la Señora Josefa Báez de Treviño, los devotos de la imagen fueron donando los accesorios con los que hasta hoy cuenta, sin embargo la cofradía despareció en 1859 con la Ley de Reforma y dejaron de hacer la función que también realizaba como bancos, a partir de ahí siguieron existiendo pero solo con un fin: la devoción.
“Las coronas y todo lo que le dan viene desde la época colonial porque hay inventarios desde el siglo XVIII de lo que poseía la imagen y de lo que tenía la capilla del Santo Cristo”, señala la historiadora  basándose en los inventarios que resguarda el Archivo de la Catedral de Santiago.
Acepta que falta hacer un arduo trabajo para comparar los cuatro inventarios que existen en la Catedral desde el primero donde todavía vivía Doña Josefa Báez quien fue mayordoma de la cofradía por 20 años y comparar lo que existe ahora donde seguramente  aparecerá una notable diferencia  pese a que en la Catedral no hay evidencia de saqueo en las revueltas que existieron en México.
“Aunque  aquí no hubo problema con el saqueo, en la Revolución hubo una gran pérdida, por ejemplo en la catedral de Morelia en la guerra de Reforma fue saqueado todo el tesoro para  fundirlo, es un caso extremo de pérdida de patrimonio cultural, aquí no hay evidencia de saqueos a pesar de que hubo invasión del ejército norteamericano, hubo respeto y cuidado del clero de proteger lo que había”,  dice.
Un Cristo para todos
Los miembros de la cofradía daban dinero pero también podían donar objetos como parte de la devoción, así el Santo Cristo fue haciendo su patrimonio, a el cual también colaboraron los tlaxcaltecas  que fueron parte de la asociación.
“Aquí pasó algo maravillosos, no como en  el estado de México donde cada  grupo étnico tenía su cofradía y no dejaban entrar a aliguen que no fuera de esa etnia,  aquí inmediatamente que se fundó no solo entraron los peninsulares también entraron los criollos, doña Josefa Báez invitó a los tlaxcaltecas de San Esteban, de Parras y de Monclova se fue haciendo un culto regional”, manifiesta la historiadora  Gabriela Román.
En el culto al Santo  Cristo las diferencias étnicas no importaron, pues incluso hay algunos mulatos libres, Saltillo era una sociedad del Norte de México no tan inflexible como en el centro de México, era una sociedad de Frontera y ‘aquí pasaban cosas que eran mal vistas en el centro’.
Esto también lo describe Doña Josefa Báez quien fue muy cuidadosa de anotar quien donaba cada peso pero que olvidó hacerlo con los regalos en especie.
“La iglesia tenía la obligación de  describir  si eran bautizados, la etnia a la que pertenecían, eso se pierde en  la independencia se les prohibió hacerlo porque ya  todo mundo era mexicano no importaba la raza, así doña Josefa  no puso  el origen de los  regalos ni la  época, el dinero que daban si lo  anotaba”,  explica la historiadora.
La cruz
El cambio de la cruz del santo Cristo está documentado en  las fojas del archivo de Catedral aunque actualmente se desconoce dónde está la original señala la historiadora  Gabriela Román mientras que el vicario Juan Carlos Delgado Arreola explica que la ultima cruz  se le cambió  fue de 1923.
“Aparecía un cambio en la cruz, se la cambiaron porque hay una reliquia a los pies de la imagen, una astilla de la cruz de Cristo, ese fue el motivo para ponerle la cruz actual, la familia Purcell fue una de las donantes de la nueva cruz porque eran devotas de la imagen, se cuenta que Anita Purcell iba un día a la semana  a limpiar la capilla pero se desconoce quien más”, afirma la historiadora.
El vicario de la catedral Juan Carlos Delgado menciona que  la astilla de la cruz de Jesucristo fue un regalo de don Luis Guízar Barragán que en Roma  la consiguió en una de sus visitas, la cual fue colocada un 6 de agosto de 1973 en la cruz del Patrono de Saltillo, aunque algunos historiadores como Jorge Fuentes Aguirre documentan que fue en 1956.
 “El pidió expresamente que se incrustara a los pies del Santo Cristo, es un regalo del obispo a la Diócesis de Saltillo y a la feligresía que le tienen devoción al Santo Cristo”  menciona el sacerdote.
Las coronas
Seis coronas de latón con detalles de oro y palta posee el Santo Cristo de la Capilla, cinco de ellas  catalogadas como del Señor de los afligidos con tres potestades y una de espinas, cuyo origen hasta hoy se desconoce por sacerdotes de Catedral y el INAH.
El padre Juan Carlos Delgado quien los últimos años se ha encargado de la ceremonia de descenso y traslado de la sagrada imagen señala que cada año al Santo Cristo se le cambia la corona.
“La corona tradicional del Santo Cristo  representa las tres divinas  personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo que están presentes en el sacrificio de la cruz  a las que les llaman las tres potestades, las tres potencias… Todas las coronas son una ofrenda al Santo Cristo, nada se hace con la intención de manifestar riqueza o poder, simple y sencillamente es de ofrendarle al santo Cristo algún milagro, alguna devoción hacia el del pueblo santo de Dios a lo largo de los tiempos”, revela el sacerdote.
La historiadora Gabriela Román señala que  familia  de Santos Rojo quien trajo la imagen pudo  haber sido la primera donadora de las coronas, en el primer inventario del siglo XVIII aparece una corona pero hoy se desconoce cual de todas es.
 “Viene en la lista larguísima de cosas,  hasta los cojines, porque el culto es antiguo, desde el siglo XVII ya tenía algunos accesorios, aparece una corona pero no dice quien lo donó ni su origen, no te dice cuando los hicieron habría que ver la temporalidad y la procedencia, no tuvieron ese detalle los cofrades de anotarlo“, afirma la especialista del INAH.
El Sacristán de  Catedral,  Edgar Pinales comenta que pudieron haber sido vecinos  de Monterrey y de Chihuahua hasta donde también se extendió la devoción, y las inscripciones pudieran estar garbadas en algún lugar de las coronas que hoy están debidamente resguardas, pues hasta estos días se usa que los regalos estén dedicados.
“Como testimonio de gratitud a  Dios nuestro señor en su capilla del Santo Cristo 7 de agosto de 1970 doctor Muñiz” es la leyenda que guarda un cáliz que le fue obsequiado al  Santo Cristo recientemente.
Los cendales
El santo Cristo muestra hoy una imagen muy sencilla atrás quedaron las pelucas y los ostentosos cendales que  mostraba en sus fiestas,  su imagen sencilla es cuidadosamente tratada y reposa cada año entre cojines y un camastro de terciopelo.
“Antes los cendales eran  de telas muy finas, bordados con hilos de oro elaborados por las damas del Santo Cristo, tenían conchas o los exvotos pero en el 2003 con la restauración se dispuso que se le quitara peso y calor, fue entonces que se le hicieron cendales  de seda más ligeros que hoy resguarda la presidenta de las damas del Santo Cristo”, expone Edgar Pinales, sacristán de la Catedral.
Menciona que  tradicionalmente se les ponía  peluca los santos de Catedral como en otras parroquias, pero  hoy  muy pocos  las conservan  tan solo al virgen de los Dolores, la mima gente ofrecía su cabellera a los santos para pagar mandas o favores, una  tradición  de principios de 1900 , sin embargo las costumbres fueron cambiando también por  conservación.
“No está escrito pero mi hipótesis es que  como las imágenes se les acercaban muchas velas, por ejemplo la imagen del nazareno  hace muchos años se prendió, como trae una túnica natural y pelo, le prendió, para extremar precauciones los padres les fueron quitando cosas que  se incendiasen” declara el custodio de catedral.
Entre exvotos y perfumes
Los  exvotos que hoy ofrecen al Santo Cristo son pequeñas figuras de metal, unos  350 mil yacen en los retablos de los costados de la capilla, en ellos se encuentran corazones grandes que según el sacristán fueron elaborados por mineros de Zacatecas también en ofenda.
Gabriela Román opina que los primeros exvotos del santo Cristo debieron haber sido pinturas  con un mensaje escrito del milagro recibido, que como hasta hoy  tienen un origen del poder curativo, los cuales también han desparecido.
Cálices, ornamentos, patenas, casullas, estolas, cortinas para su camerino y perfumes  también le han sido regalados al señor de la capilla. Dicen los sacerdotes de Catedral que los perfumes son rociados en los algodones  una vez que han sido utilizados para limpiar el lugar que besan los devotos, a la gente le gusta oler el aroma de su creador.
El nuevo regalo: la conversión
Hoy a principios de  este siglo XXI, la iglesia católica de Saltillo manifiesta que  los regalos al Santo Cristo han cambiado,  ahora son más humildes y hasta inmateriales pues lo que en estos tiempos se regalan los católicos es la conversión, lo demuestran cada día mil 500 almas que buscan ser confesadas
“Últimamente  la gente no regala cosas ostentosas simplemente regala para que las fiestas salgan bien, algunos dan comida y otros dinero para atender estas especiales celebraciones,  las cofradías, asociaciones y movimientos, se esmera para atender a los campesinos y los danzantes, para que la gente se sientan bien al visitar al Santo Cristo”, manifiesta Juan Carlos Delgado Arreola, vicario de la Catedral.
Explica que él quien solo celebra una misa y la mayor parte del tiempo se la pasa en las confesiones observa el deseo de las personas de reconciliarse con Dios y esto implica el deseo de ser mejores seres humanos.
“La fiesta del Santo Cristo a esto mueve, ya no se expresa a través de objetos sino a través el cuidado del deseo de convertir el corazón, uno de los grandes regalos que da  el santo Cristo a la ciudad yo lo pudiera decir así es efectivamente el esfuerzo que se tiene por convertirse por cambiar por entablar  buenas relaciones entre nosotros y ese es un reglo que yo puedo descubrir”.

http://www.zocalo.com.mx/seccion/multimedia1/c/video

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