Campesinos han tomado
a Francisco como guía en su lucha contra el CIMARI
LETICIA ESPINOZA
FOTO/ REDES SOCIALES
“El papa es nuestro padrino” dice orgulloso Martín,
integrante del movimiento anti CIMARI, quien junto con decenas de campesinos se
han inspirado en la carta de papa Francisco “Sobre el cuidado de la casa común”
para convertirse en defensores de la tierra.
De cuerpo robusto y sombrero, Martín Torres Rada recorre
desde hace dos años los ejidos de General Cepeda como parte de la Pastoral
Rural de la Diócesis de Saltillo, fue así como se dio cuenta de la instalación
de un basurero tóxico en Noria dela Sabina.
Toda su vida ha sido católico, forma parte de un grupo
llamado “Escuela de la cruz” diseñado para hombres, donde se les despierta la
conciencia de tener un compromiso con Cristo. Mientras que en la pastoral
rural, su tarea es concientizar a la gente sobre programas dignos que tengan un
beneficio comunitario, como el agua, la salud y la alimentación porque
desgraciadamente en los ranchos poco a poco se ha perdido la unidad y las
costumbres, dejándose llevar por el individualismo.
Su fe en Cristo y la conciencia de defender la tierra en la
que vive lo hizo unirse desde octubre del 2014 a los ejidatarios que luchan
contra la construcción del Centro Integral para el Manejo y Confinamiento de
Residuos industriales (CIMARI) que fue llevado al ejido Noria de la Sabina con
engaños de parte del empresario para lograr comprar la brecha de paso.
“Soy originario del Ejido San Juan del Cohetero que está a
40 km de la cabecera municipal por el camino de la terracería que sale de la
Puerta al Gavillero, Provenir, Narihua, Jalpa y luego ya está San Juan del
Cohetero, sigue la terracería hasta llegar a la carretera libre y de ahí a dos
kilómetros donde el sol sale está Saltillo, el primer ejido es Pilar de
Richardson, luego Noria de la Sabina de cierta manera estamos en alrededor del
15 km de diámetro del área donde se pretende instalar el CIMARI”, dice.
Martín es productor de cabras en San Juan del Cohetero, las
cuales le sirven de materia prima para vender cabritos y productos lácteos, por
eso desde que se dio cuenta que el proyecto estaba aprobado y con un gran
avance manifestó su inconformidad ya que él, como centenas de ejidatarios de la
zona sobrevive de la agricultura y ganadería.
A ocho kilómetros en línea recta y con los vientos a favor
hasta San Juan del Cohetero llegará la contaminación que emane del CIMARI, por eso se pregunta:¿qué va será de esas
tierras?
“Ellos dicen que tienen todo controlado desgraciadamente
sabemos que vivimos en México, aquí no llegamos a esa altura de supervisiones
controladas, tenemos miedo que llegue a suceder una contingencia, la
contaminación va ser lentamente no va ser instantánea, pero de de aquí a 20 o
30 años ¿qué va pasar con nuestros recursos pecuarios?¿ y que restricciones
podemos tener de la gente que compra nuestro producto? En el área rural hay
tanta enfermedad pero a lo mejor en treinta 30 años vamos a estar más
propensos?”, cuestiona.
Sentado en el negocio de quesos que junto con su esposa
posee en General Cepeda, Martín cuenta que estudió dos carreras técnicas. La escuela
y la secundaria en Saltillo, sin embargo, recuerda que era viernes y ya estaba
en General Cepeda, porque nunca le gustó la ciudad.
No pudo estudiar la universidad por cuestiones económicas, sin
embargo, una de sus carreras técnicas le sirve para asesorar a la gente del
campo en la producción y venta de sus productos.
Detrás de él hay un calendario con la foto del papa
Francisco, los ha mandado hacer porque sus palabras han sido un eco importante
en la defensa de la tierra.
“Cuando empezamos la lucha, empezamos solos, las primeras manifestaciones
éramos seis gentes, en la segunda subió a cincuenta, nos veían caminar en las
calles y nos decían ‘esos locos’, a los 15 días sale la carta Encíclica del Papa
Laudato sí, yo estaba en caminos religiosos, y estudiamos la carta, la
analizamos, desde entonces decimos que el papa es nuestro padrino, es la voz de
Cristo, la que nos ha guiado”, afirma Martín.
Los campesinos de General Cepeda dicen que e CIMARI traerá
efectos irreversibles, como lo dice el papa Francisco en su encíclica: “La
tierra, nuestra casa parece convertirse cada vez más en un inmenso deposito de
porquería… tanto los residuos industriales como los productos químicos
utilizados en las ciudades y el agro pueden producir un efecto de
bioacumulacion en los organismos de los pobladores de zonas cercanas. Muchas
veces solo se toman medidas cuando se han producido efectos irreversibles par
la salud de las personas”.
Martín cuenta que el propio obispo de la Diócesis de
Saltillo, Raúl Vera López los ha cobijado, caminado con ellos en medio del frío
y de la lechuguilla, escuchándolos, animándolos.
“Por eso creemos que Dios está con nosotros, Dios siempre
está con la gente pobre, sabemos que las leyes no nos favorecen, nuestro
derechos humanos son violados pero nosotros también tenemos dignidad. Tenemos
fe, la fe esa nunca muere, el proyecto CIMARI sigue, nosotros también seguimos,
cuidadosos para no caer en provocaciones”, dice.
A lo largo del movimiento la impotencia los ha llevado a
envalentonarse y ser acusados por tomar la Presidencia Municipal. Costo que han tenido que pagar amparándose penalmente
y contratando a un abogado para defenderse, vendiendo algunos animales, y pese
a estar en desventaja, la visita del papa Francisco a México los motiva.
“Vamos a ver al Papa en Juárez ocho personas del movimiento,
sabemos que a lo mejor no vamos hablar con él pero queremos que la gente vea que
en México todavía hay personas capaces de defender la tierra, porque como el Papa
ha dicho nosotros somos los guardianes, no nos convirtamos en asesinos del
entorno”.
A pocos días de acudir a la visita del papa Francisco en
Ciudad Juárez, Martín junto con centenas de ejidatarios de General Cepeda
participó en la caravana “Sí a la vida”, a lo largo de cuatro días recorrieron
los ejidos que serán afectados por la instalación del confinamiento de residuos
tóxicos, inspirados por la solidaridad de su hermanos campesinos así como las
palabras del Papa Francisco.
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