martes, 20 de diciembre de 2016

Me faltaron muñecas

Creo que me faltaron muñecas para jugar a ser su mamá... Solo recuerdo a Elizabeth, Mónica y el Bebé Pelón, no me gustaba prestárselas a otras niñas porque las maltrataban y con trabajos mi hermana mayor me las había regalado. Tuve luego otro bebé llorón y una que caminaba, las dos de pila pero no pasaron de ser un adorno más... Me estezaban las pilas que querían darle a las muñecas el toque de realidad, si a mí lo que me encantaba eran mis viajes con ellas por otras vidas, inventarles sentimientos, alegrías y  tristezas..
Después llegaron "las muñecas flacas" diría mi madre, las Barbies, tuve pocas creo, las más significativas fueron Barbie Bailarina, Barbie Sirena y una que creo era Barbie estudiante porque traía unas botas negras parecidas a las que ahora uso, a esas chicas flacas  no tenía la  necesidad de inventarles una historia donde fueran madres, a ellas les inventaba vidas liberes, la ultima fue una Kelly la Barbie Bebé pero creo que se quedó huérfana, más bien era la hermana de mi bailarina y mi sirena, o algo así, igual la cuidaban pero no eran sus mamás...
Los trastecitos nunca faltaron y los amaba aunque las comiditas (las galletas) siempre eran para mí, porque no había con quien compartirlas, pasé muchas horas sola, jugando a la hora del te con Elizabeth, Mónica, el Bebé Pelón y creando escenografías para las casas de mis Barbies...
Quizá me faltaron muñecas a quien cuidar, en cambio disfruté de un jardín de margaritas y techos de buganvilias donde vi nacer mis gatos, y un enorme patio con una fuerte mora para trepar y de vez en vez mucho polvillo y cemento para jugar con papá a la construcción, para que mi madre al verme llena de tierra pusiera el grito en el cielo y yo contestara como papá -ni modo m
Por cierto, hoy caminando por el centro de la Ciudad de México encontré a Elizabeth y a Mony la de vestidito de flores y la de blanco y rojo :)
amá andaba trabajando-...

Sapos y bestias

Para ella nunca fue suficiente tener una historia que contar, siempre le gustaron los relatos complicados, se dio cuenta que podía manejar más de un personaje principal, porque el príncipe no podía ser su único final.  Los príncipes son buenos pero a veces presumidos y aburridos, por eso tenía que probar besar  sapos, ver sí la bestia en realidad era lo que parecía, sí los duendes y las hadas se pueden enamorar, si al cabo de los años, éstos cuentos pueden tener continuidad, si la madurez de las historias inspira otro tipo de finales, y ahí va...

Partos convertidos en duelo.

  Por: Leticia Espinoza "Por violencia obstétrica pude no haber nacido, pero aquí estoy para luchar por todas", se leía en el letr...