EL PAPA VA ENCONTRAR UN JUAREZ LLENO DE DOLOR
LETICIA ESPINOZA
Ciudad de Juárez
En Juárez el Papa Francisco va encontrar una ciudad llena de
dolor, gente que sigue reclamando justicia y una iglesia a la que le ha faltado
asumir un rol profético para acompañar a las víctimas, señala el sacerdote y
defensor Oscar Enríquez
“El papa va encontrar una ciudad llena de dolor, muy
adolorida tanto por lo que pasó desde 1993 al 2010, madres reclamando justicia
por sus hijas, luego porque se convirtió en la ciudad más violenta del mundo
porque del 2008 al 2012 hay más 14 mil huérfanos debido a las ejecuciones, y un
desplazamiento de 200 mil gentes”, dice el sacerdote.
Expresa que todo esto hace de Juárez una ciudad adolorida y
olvidada, la mayoría en situación de pobreza, debido a la industrias
maquiladoras donde los trabajadores llegan a ganar 750 pesos convirtiéndose en
la esclavitud moderna.
Desde el punto de vista de Enriquez, quien dirige el Centro de Derechos Humanos
Paso del Norte, el papa Francisco va encontrar una iglesia diocesana joven con
bastante trabajo evangelizador pero alejada del pueblo, porque en todos estos
años de violencia no asumieron un rol más profético pese a que sufrieron
agresiones tanto del ejército como de la policía federal.
“En la etapa de 2010 a al 2012 hay una a ausencia no fuimos
capaces de dar un voz en medio de la tragedia ni las denuncias adecuadas”,
afirma el sacerdote.
El sacerdote y defensor fundó el centro de derechos humanos
desde el 2001 a raíz de la época de feminicidios, luego en 2011 amplificaron su
nivel de acción debido a los casos de tortura por parte de elementos policiacos
a la población y a las desapariciones forzadas.
De ahí que la confrontación entre esta parte de la iglesia que denuncia
haya sido víctima de allanamientos y hostigamiento, sin embargo, la llegada del
papa Francisco los llena de esperanza:
“La presencia y discurso del padre Francisco, y sus llamados
van totalmente en el tema de los movimientos sociales y el papa pide que luchemos
por un cambio social y nos preocupemos por la casa común, sus palabras son luz
y esperamos un mensaje fuerte” dice.
“Francisco no va cambiar las cosas, trae un llamado desde el
evangelio a una participación más fuerte, la participación y la incidencia es
responsabilidad del pueblo, no esperamos ningún milagro ni que cambien las
cosas pero ojala que su mensaje llegue al corazón de la clase política que es
parte del problema y de la iglesia”, puntualiza.