miércoles, 8 de febrero de 2017

EL TRENECITO DE LA SEMANA




Era martes y caminaba con su mamá en medio de la cancha de básquet bol rumbo a su casa, tapándose el sol…

-¿Cómo te fue mi niña?

- Bien, ¡te pinté un árbol!

-¡Pero qué lindo!

Al inicio de la semana la maestra de preescolar empezó con una actividad, les dio a todos los niños la figura color café de la máquina de un trenecito y un rectangulito rojo, eran figuritas de papel lustrina todas iguales.  Cada día de la semana los niños debían pegar una figurita para conformar el tren.  La maestra escribió el nombre de los niños en cada trabajo aunque todavía no sabían leer.

La mecanización de los niños...
Ese día era martes, los niños debían identificar su trenecito para pegar un rectangulito amarillo, todos se volcaron sobre los trenecitos sin saber realmente sí era el propio.  La niña no encontró su trenecito en el lugar de la pared donde ella lo colocó, todas las hojas eran blancas, con los mismos colores, a excepción de los nombres que todavía no sabía leer, todos estaban escritos con el mismo marcador de agua…  Entre la pared de ladrillos nada diferente había que la hiciera distinguir su trenecito a la distancia aunque quizá le faltara el martes, o el color amarillo…

Le dijo a la maestra que no pudo encontrar su tren, porque todos eran iguales (sin aura, diría Benjamín Walter) y ella se molestó, la castigó por distraída, la sentó sola en una mesita alejada de los demás niños.

La niña no lloró, sus ojos se humedecieron, calmó sus lágrimas pintando la siguiente actividad, el dibujo de un típico árbol… Con un montón de crayolas hechos pedazos que la maestra dejó caer sobre su mesa la niña se propuso no fallar esta vez y pintar el mejor árbol de su vida para distinguirlo entre miles, (aunque todos sus compañeros tenían la misma figura de árbol), su árbol sería diferente, nada de espacios en blanco y trazos por aquí o por allá para terminar rápido…  Pintó despacio y sin salirse de los contornos, pintó fuertemente, pintó su árbol verde limón con manzanas rojas, después lo acompañó con zacate para que no volara entre la hoja en blanco…

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