martes, 27 de septiembre de 2011

Marcado por el ejemplo de la víctima número uno del 11 de Septiembre: Padre Robert Coogan






 

Marcado por el ejemplo de la víctima número uno del 11 de Septiembre:Padre Robert Coogan

Leticia Espinoza

Foto: Gabriela Balleza
Zócalo/ Saltillo

Creció entre los rascacielos de Nueva York, en su juventud vio como se construían las Torres gemelas y hoy a 10 años de recordar la tragedia que envolvió a su pueblo el dolor, piensa que su vida también quedó marcada por un personaje especial, el numero uno de la lista de víctimas del atentado del 11 de septiembre: el padre Padre Mychal Judge quien es su inspiración para cumplir su sacerdocio.

“Me duele mucho lo que pasó en mi pueblo, cuando revisamos las historias de las personas que intervinieron en el rescate encontramos muchos héroes entre personas muy sencillas, eso no es fácil de encontrar porque andamos en la vida cotidiana de manera muy natural pero hay muchas personas alrededor de nosotros que aunque no nos demos cuenta, ellos guardan un gran heroísmo en sus corazones, y son capaces de muy grandes cosas” reflexiona le padre Robert Coogan .

El padre Robert llegó a Coahuila hace poco más de 20 años pero es originario de Nueva York, en su juventud vio la construcción de las torres gemelas, incluso guarda negativos de fotos que alguna vez tomó, tuvo la oportunidad de subir a las torres en muchas ocasiones pero no fue hasta el año pasado que pudo tener el valor de visitar lo que hoy se conoce como zona cero.
Explica que el significado que adquirió el lugar es muy diferente a lo que era antes, para él como para muchos nuevayorquinos se trataba una construcción fea, una muestra de la falta de buen gusto que existía en los años setenta, sin embargo con su destrucción las torres gemelas tomaron otro simbolismo, puesto que era sitio donde vivía gente rica pero trabajaba mucha gente sencilla.
“Tristemente en el punto de arriba habían unos restaurantes a donde los trabajadores llegaban temprano, la gente en Nueva York entra como las 9 de ella mañana entonces los que estaban adentro era la gente sencilla, la que hacía el aseo, la que preparaba el café y los brisket, ellos eran los que murieron, muchos latinos, de México y Centro América” dice el padre Robert.
Cuenta que él estaba aquí en Saltillo cuando pasó el atentado terrorista del 11 de septiembre en 2001, hacia las 10 de la mañana cuando sucedió lo inesperado, como todos los demás, estaba mirando atónito la televisión y no podía creer lo que estaba pasando en el lugar que lo vio nacer.
Comenta que si bien ninguno de sus familiares trabajaba en las torres un cuñado trabajaba ya actualmente lo sigue haciendo en un edificio aledaño y el si era una preocupación: “yo intentaba hablar par allá pero no había conexiones, todo estaba apagado ni si quiera se sabía dónde estaba el presidente de los Estados Unidos, y más tarde supo que su cuñado estaba bien”.
Dice que en los días siguientes al derrumbe los muchachos del penal, (de donde es capellán) le guardaron fotos y recortes de las noticias del periódico de estos atentados porque pensaron que le agradarían pero su dolor era tan grande que no pudo verlos si quiera.
La víctima 0001 su inspiraciónPero hay algo extraordinario en el relato del padre Coogan, pues 11 de septiembre de 2001, la funda marcada con la inscripción "Víctima 0001" contenía el cuerpo del Padre Mychal Judge, un capellán católico del Departamento de Bomberos de Nueva York quien es su inspiración en la pastoral que realiza en la Diócesis de Saltillo con los grupos más desprotegidos y discriminados.
“Una de las cosas que me inspira en mi sacerdocio, es el sacerdote Mychal Judge , era el capellán de los bomberos, y fe de los primeros en reportarse para atender a los damnificados y murió cuando se calló encima un pedazo de escombro sobre él” afirma el padre Robert.
“Era un sacerdote franciscano y pero su compartimento fue tan admirable que tiene el privilegio de ser el primero de la lista de víctimas ser el número uno, personalmente no lo conocí, pero era sencillo en su forma de actuar y pocas personas con tanto valor, desde que falleció he estudiado su vida y me ha inspirado para mi propio sacerdocio” revela Coogan.
Pero… ¿quien era el Padre Mychal?, Amy Goodman escribe para el Diario El País que el sacerdote “fue muy conocido entre los pobres y los desvalidos de la Ciudad de Nueva York y de Nueva Jersey. Ayudaba a los sin techo y a la gente que padecía VIH/SIDA. Como miembro de la orden franciscana, a menudo vestía el tradicional hábito marrón y sandalias”
Buscando más datos sobre este sacerdote inspiración de nuestro cura neoyorquino en Saltillo, Ammy Goodman escribe en su artículo “La víctima 0001 de los atentados del 11 de Septiembre: El mensaje del Padre Mychal”que había un secreto acerca de él que no era del todo conocido: era homosexual. En sus diarios privados, el sacerdote católico escribió: "Pensé en mi homosexualidad y en cómo la gente que me conoce nunca llega a conocerme por completo”….
Así con su andar sencillo, sus ojos azules y su cabello entre cano y rubio, Coogan es el sacerdote que guía espiritualmente a la comunidad Lesbico gay, así como la pastoral penitenciaria en Saltillo y con muchos esfuerzos inició la construcción de un templo en la colonia Satillo 2000 donde llegó a oficiar misas a la intemperie, aun a la distancia Coogan es uno más de los neoyorquinos que quedó marcado con aquel 11 de septiembre donde murieron más de 3 mil personas.


Lo que ha cambiado en la ciudad de los rascacielos…¿Qué pasa en el mundo como consecuencia de estos atentados, hay más desconfianza pero esto no implica que haya una razón para estarlo, yo no sé hasta qué punto haya una razón de tomar tantas precauciones, de tener miedo que coco esté bajo de la cama, pero yo no soy experto en estas cosas” explica el padre Robert.
Y es que dice que hoy existe mucho más seguridad que antes, pues él mismo acostumbraba en tiempo de calor sentarse a comer su lonche en los escalones de la presidencia municipal, pero actualmente ya no se permite que una persona se acerque a esta área, simplemente “está prohibido”.
“Es un poco triste estuve con un amigo visitándolo en noviembre del año pasado, y era la primera vez que vi tantas mediadas de seguridad, a los rascacielos tan hermosas que antes era posible entrar, y ver toda la arquitectura ya no se permite que entres sino tienes una razón especifica, los turistas ya no pueden entrar y antes era una de las maravillas de la ciudad subir a los rascacielos” dice entre la nostalgia el padre Robert Coogan.

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