lunes, 14 de enero de 2008

Voz de Dios en el silencio


Campanas dormidas.

Las capanas que actualmente están en los monumentos en la parte lateral izquierda de la iglesia Santiago Apóstol datan de los años de 1876 y 1797 desde entonces fueron testigos de la historia de Monclova, incluso su fisionomía fue víctima de la revolución mexicana.
El historiador José Luna Lastra cuenta que en 1914 cuando las tropas de Venustiano Carranza tenían sitiada la región, algunos soldados se refugiaron en la torre del campanario provocando que por los balazos las campanas sufrieran graves averías por el calibre tan grueso de las armas.
Desde entonces el canto entonado de las campanas no fue el mismo, sin embargo perduró hasta 1979, cuando el padre Gilberto Almaraz decide reconstruir la iglesia Santiago Apóstol.
Las campanas acalladas por el paso del tiempo y de ninguna manera castigadas se les rindió honor por haber cumplido su comentido y se optó por fundir unas nuevas para reemplazarlas.
José Luna Lastra narra que las antiguas campanas que ahora reposan en los monumentos, por algún pequeño lapso de tiempo dejaron de sonar debido a que en antaño existió un padre “muy chicharronero” que gustaba de tocarlas bajo ningún horario establecido, lo cual parturbaba a la ciudadanía. Por esta razón el presidente municipal decidió retirarlas del capanario y no devolverlas hasta que el padre acatara las ordenes establecidas por el municipio en llamados normales.Lejos de las marcas que dejó la revolución y la disputa que tuvo lugar entre aquel padre y el presidente municipal, las antoguas campanas no poseen castigos como los que menciona la escritora Ana Clavel para una de las campanas de la catedral metroplolitana, a la cual le quitaron el badajo por haber matado a un jóven aprendiz de campanero mientras la tocaba, y fue hasta el 2000 que el Cardenal Norberto Rivera decidió levantarle el castigo.

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