jueves, 24 de marzo de 2016

Juárez, la ciudad que le arrebató a su hija.


SIN JUSTICIA NO HAY PAZ: NORMA ANDRADE
POR: LETICIA ESPINOZA

Ciudad Juárez

A más de mil 500 kilómetros de distancia de la frontera donde tiene enterrados a sus muertos y de la cual tuvo que huir, Juárez, la ciudad que le arrebató a su hija., Norma Andrade señala que la visita del Papa Francisco no le dará la paz que necesita desde el femincidio de su hija puesto que sin justicia nunca habrá paz.

Hoy son días de fervor católico en Ciudad Juárez en la calles hay prensa nacional y extranjera, a la Catedral llegan peregrinos, sin embargo, hace quince años por estas mismas fechas, Norma pasó las horas más dolorosas de su vida buscando a su hija Lilia Alejandra García Andrade quien desapareció un 14 de febrero. El cuerpo de la joven fue localizado sin vida el 25 de febrero envuelto en una sobrecama.

“Yo pienso que es inútil porque mira, yo respeto las creencias religiosas de todas las personas, creo en Dios, pero realmente no creo que la visita del papa nos de la paz espiritual que todas nosotras quisiéramos tener porque sin justicia no hay paz”, dice vía telefónica Norma.

“Qué pudiera hacer él, para resolver esta situación si de antemano no quiso hablar con las víctimas, porque México tienen tantos problemas, nosotros solicitamos hablar con él, dijo que venía como guía espiritual, pero no nos conforta creo en Dios y sé que algún día el va venir y va cambiar lo que estamos pasando pero sé que no me va tocar vivirlo a mí y tampoco creo que sea tan buena para ir al cielo”, añade.

Norma afirma que hace algún tiempo dejó de renegar de Dios, antes le preguntaba: ¿por qué si de veras existe Dios, si de veras es bondadoso? ¿por que permitió lo que lo que le pasó a su hija?, quien fue encontrada con señas de tortura y tenía al menos entre 24 y 36 horas de haber sido asesinada.

“Si ya hicieron lo que le dio la gana con mi hija por que la mataron, porque no me la devolvieron, ahora entiendo que ni con todo el amor y cariño hubiera podido ayudar a sanar lo que ella vivió en esos días de infierno en cautiverio, entiendo que lo mejor para Alejandra era la muerte, pero yo duré mucho tiempo sentida con el (con Dios). Le decía porque con tu infinito poder no lo evitaste”, clama.

El 2 Diciembre de 2011 Norma estuvo a punto de morir al recibir un atentado debido a su activismo, por eso en 2012 cuando estuvo en condiciones moverse, salió de Juárez.

“Es una importancia muy grande, porque definitivamente mis muertos están en Ciudad Juárez, mi esposa, mi hija mi madre, él no se pudo recuperar de lo que le pasó con Alejandra y fallece un año después y entonces es un dolor muy grande ni poder llevarles un ramo de flores”, afirma.

Reclama que por estos días en Juárez se haga un despliegue enorme de seguridad y se derroche dinero para una sola  persona:  para el Papa Francisco, en lugar de que el gobierno invierta en equipar y mejorar a las policías para que vayan a revisar los bares de la ciudad donde operan las redes de trata de mujeres.

Sostiene que el caso de Lilia Alejandra ha llegado a la Comisión interamericana de derechos Humanos, en espera de que emita un artículo de fondo para que el estado mexicano responda ante la falta de acciones para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia, pues en el asesinato de su hija no hay detenidos.

“El señor es una asesino serial, ha asesinado 4 chicas más, el esperma se encontró en 4 chicas más, aquí hay complicidad y corrupción de autoridades porque no puedo llamarlo negligencia”, dice.

Norma ahora tiene 55 años de edad, los últimos quince años ha pasado su vida exigiendo justicia llevando como bandera el rostro de su hija, ese rostro que ahora han pintado en un grafiti para recordarla.

“Si yo pudiera decirle al señor, al papa Francisco, le diría que viera lo que hay en Juárez que se desviara del camino programado, y que si de veras se considera enviado del señor y alguien que viene a ofrecer la paz, que abogue por esa paz”, dice Norma quien este 21 de febrero recordará la muerte de su hija.

 

 

 

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