SIN JUSTICIA NO HAY PAZ: NORMA ANDRADE
POR: LETICIA ESPINOZA
Ciudad Juárez
A más de mil 500 kilómetros de distancia de la frontera
donde tiene enterrados a sus muertos y de la cual tuvo que huir, Juárez, la
ciudad que le arrebató a su hija., Norma Andrade señala que la visita del Papa
Francisco no le dará la paz que necesita desde el femincidio de su hija puesto
que sin justicia nunca habrá paz.
Hoy son días de fervor católico en Ciudad Juárez en la
calles hay prensa nacional y extranjera, a la Catedral llegan peregrinos, sin
embargo, hace quince años por estas mismas fechas, Norma pasó las horas más
dolorosas de su vida buscando a su hija Lilia Alejandra García Andrade quien
desapareció un 14 de febrero. El cuerpo de la joven fue localizado sin vida el
25 de febrero envuelto en una sobrecama.
“Yo pienso que es inútil porque mira, yo respeto las
creencias religiosas de todas las personas, creo en Dios, pero realmente no
creo que la visita del papa nos de la paz espiritual que todas nosotras
quisiéramos tener porque sin justicia no hay paz”, dice vía telefónica Norma.
“Qué pudiera hacer él, para resolver esta situación si de
antemano no quiso hablar con las víctimas, porque México tienen tantos
problemas, nosotros solicitamos hablar con él, dijo que venía como guía
espiritual, pero no nos conforta creo en Dios y sé que algún día el va venir y
va cambiar lo que estamos pasando pero sé que no me va tocar vivirlo a mí y
tampoco creo que sea tan buena para ir al cielo”, añade.
Norma afirma que hace algún tiempo dejó de renegar de Dios,
antes le preguntaba: ¿por qué si de veras existe Dios, si de veras es
bondadoso? ¿por que permitió lo que lo que le pasó a su hija?, quien fue
encontrada con señas de tortura y tenía al menos entre 24 y 36 horas de haber
sido asesinada.
“Si ya hicieron lo que le dio la gana con mi hija por que la
mataron, porque no me la devolvieron, ahora entiendo que ni con todo el amor y
cariño hubiera podido ayudar a sanar lo que ella vivió en esos días de infierno
en cautiverio, entiendo que lo mejor para Alejandra era la muerte, pero yo duré
mucho tiempo sentida con el (con Dios). Le decía porque con tu infinito poder
no lo evitaste”, clama.
El 2 Diciembre de 2011 Norma
estuvo a punto de morir al recibir un atentado debido a su activismo, por eso
en 2012 cuando estuvo en condiciones moverse, salió de Juárez.
“Es una importancia muy grande, porque definitivamente mis
muertos están en Ciudad Juárez, mi esposa, mi hija mi madre, él no se pudo
recuperar de lo que le pasó con Alejandra y fallece un año después y entonces
es un dolor muy grande ni poder llevarles un ramo de flores”, afirma.
Reclama que por estos días en Juárez se haga un despliegue
enorme de seguridad y se derroche dinero para una sola persona:
para el Papa Francisco, en lugar de que el gobierno invierta en equipar
y mejorar a las policías para que vayan a revisar los bares de la ciudad donde
operan las redes de trata de mujeres.
Sostiene que el caso de Lilia Alejandra ha llegado a la
Comisión interamericana de derechos Humanos, en espera de que emita un artículo
de fondo para que el estado mexicano responda ante la falta de acciones para
garantizar a las mujeres una vida libre de violencia, pues en el asesinato de
su hija no hay detenidos.
“El señor es una asesino serial, ha asesinado 4 chicas más,
el esperma se encontró en 4 chicas más, aquí hay complicidad y corrupción de
autoridades porque no puedo llamarlo negligencia”, dice.
Norma ahora tiene 55 años de edad, los últimos quince años
ha pasado su vida exigiendo justicia llevando como bandera el rostro de su
hija, ese rostro que ahora han pintado en un grafiti para recordarla.
“Si yo pudiera decirle al señor, al papa Francisco, le diría
que viera lo que hay en Juárez que se desviara del camino programado, y que si
de veras se considera enviado del señor y alguien que viene a ofrecer la paz,
que abogue por esa paz”, dice Norma quien este 21 de febrero recordará la muerte
de su hija.
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